CÓRDOBA.20-04-09,abc.es,P. GARCÍA-BAQUERO
El Centro Penitenciario de Alcolea alberga dentro de los módulos de aislamiento para FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) a cuatro presuntos terroristas islámicos, la mayoría de nacionalidad argelina.
Según ha podido constatar ABC, varios de estos internos, son presuntos integrantes del comando islamista que planeaba volar la Audiencia Nacional de Madrid en 2004. Su propósito era hacer saltar la Audiencia con un camión cargado al menos de 500 kilos de explosivos. Entonces fueron detenidas ocho personas, en Pamplona, Almería Valencia, Málaga y Madrid. Incluso uno de ellos tenía un manual para convertirse en mártir.
La vida de estos FIES, de categoría 3, calificación que corresponde a presos preventivos o penados por delitos de terrorismo o vinculación con banda armada, así como quienes apoyan y/o colaboran con éstas, no causa demasiados estragos en la prisión cordobesa.
Entre los presos islamistas radicales que han pasado por Córdoba se encuentra Bachir Blehakem, que fue condenado a 16 años de prisión por pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas y de útiles para falsificar documentos oficiales con fines terroristas.
Según han informado a ABC diversas fuentes cercanas a los presos, éstos, por su reducido número, no son conflictivos aunque sí mantienen entre ellos un respeto absoluto a su jerarquía. Hay un líder religioso que es quien llama al rezo y lee el Corán cinco veces al día.
Su jornada transcurre sin sobresaltos, salen al patio, aunque no se relacionan con más internos. A la hora de comer si son escrupulosos piden sus platos sin cerdo asegurándose de que no han sido elaborados con alcohol.
El escaso número hace que tengan «poca fuerza en la cárcel de Alcolea, donde hay en torno a los 1.900 presos». En otros centros penitenciarios como en Topas, Salamanca, hay 400 presuntos terroristas islámicos de un total de 1.700 presos, que han tomado literalmente algunas estancias de la cárcel, convirtiendo, por ejemplo, la biblioteca común en una mezquita. La presión que ejercen al resto de trabajadores e internos ha llegado al extremo de que los propios funcionarios del penal se ven obligados a entrar descalzos en esta dependencia para no ofenderles.
El Centro Penitenciario de Alcolea alberga dentro de los módulos de aislamiento para FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) a cuatro presuntos terroristas islámicos, la mayoría de nacionalidad argelina.
Según ha podido constatar ABC, varios de estos internos, son presuntos integrantes del comando islamista que planeaba volar la Audiencia Nacional de Madrid en 2004. Su propósito era hacer saltar la Audiencia con un camión cargado al menos de 500 kilos de explosivos. Entonces fueron detenidas ocho personas, en Pamplona, Almería Valencia, Málaga y Madrid. Incluso uno de ellos tenía un manual para convertirse en mártir.
La vida de estos FIES, de categoría 3, calificación que corresponde a presos preventivos o penados por delitos de terrorismo o vinculación con banda armada, así como quienes apoyan y/o colaboran con éstas, no causa demasiados estragos en la prisión cordobesa.
Entre los presos islamistas radicales que han pasado por Córdoba se encuentra Bachir Blehakem, que fue condenado a 16 años de prisión por pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas y de útiles para falsificar documentos oficiales con fines terroristas.
Según han informado a ABC diversas fuentes cercanas a los presos, éstos, por su reducido número, no son conflictivos aunque sí mantienen entre ellos un respeto absoluto a su jerarquía. Hay un líder religioso que es quien llama al rezo y lee el Corán cinco veces al día.
Su jornada transcurre sin sobresaltos, salen al patio, aunque no se relacionan con más internos. A la hora de comer si son escrupulosos piden sus platos sin cerdo asegurándose de que no han sido elaborados con alcohol.
El escaso número hace que tengan «poca fuerza en la cárcel de Alcolea, donde hay en torno a los 1.900 presos». En otros centros penitenciarios como en Topas, Salamanca, hay 400 presuntos terroristas islámicos de un total de 1.700 presos, que han tomado literalmente algunas estancias de la cárcel, convirtiendo, por ejemplo, la biblioteca común en una mezquita. La presión que ejercen al resto de trabajadores e internos ha llegado al extremo de que los propios funcionarios del penal se ven obligados a entrar descalzos en esta dependencia para no ofenderles.
Uno de los casos más extremos se vivió en 2002 en esta prisión salmantina donde un integrista argelino se proclamó imán y fue denunciado por un funcionario ya que obligaba a los presos de su módulo a cumplir los preceptos coránicos las 24 horas del día.
De hecho, hay más de 6.000 presos musulmanes en las cárceles españolas. De ellos, el 90 por ciento son de origen argelino o marroquí y constituyen el 10,4 por ciento del total de la población reclusa. Muchos han sido los expertos en terrorismo que han pedido más control sobre ellos, ya que, en muchos casos, ningún funcionario sabe árabe pese a tratarse de un colectivo de alto riesgo muy susceptible de caer en las redes que colabora con el terrorismo islámico.
El informe de 2008 también recoge que los 142 presos encarcelados por terrorismo islámico están distribuidos en 25 cárceles españolas y el 15 por ciento de ellos, ni siquiera se encuentran en módulos de aislamiento. ABC publicaba ayer que la Guardia Civil de Córdoba ha detectado desde 2006 a 10 presuntos ciberterroristas islámicos.
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