Bruselas,18/03/2009,elmundo.es, Albert Segura .
* '¿Mi mayor locura? ¡Intenté aprender euskara en Pekín!'
* 'Los ingleses son los peores aprendiendo idiomas de toda la UE'
'¿Mi mayor locura? ¡Intenté aprender euskera en Pequín!' Ioannis Ikonomou (Iraklio, Grecia, 1964) es uno de los 1.750 traductores que emplea la Comisión Europea, pero el único capaz de hablar 32 idiomas diferentes.
Vive por y para las lenguas: acaba de descubrir la comida etíope y le encanta, pero no le basta con ir al restaurante, se ha puesto a estudiar amhárico y en tres días ya está en el nivel avanzado. A quien quiera aprender polaco le recomienda cocinar pierogis.
Inglés, francés, alemán, español, holandés, portugués, sueco, italiano, danés, polaco, húngaro, turco, checo y eslovaco son sus 14 lenguas de trabajo y el griego su idioma materno
Pero también se siente "cómodo" hablando en ruso, búlgaro, turco, árabe, hebreo, chino, kurdo, armenio, persa, serbocroata, hindi/urdu, rumano, noruego, lituano o finlandés.
Y además domina algunos idiomas antiguos muertos, "son mi hobby, me apasiona estudiar sus conexiones, la historia de las palabras, para mi no es suficiente comunicarme en una lengua, necesito conocer todo su pasado".
Ikonomou creció en la isla de Creta, "espiando a los turistas e imitando su rarísimo hablar, que me intrigaba y me seducía", recuerda. Ya chapurreaba inglés, alemán e italiano cuando se retó a aprender "la lengua enemiga", el turco. "Me fastidiaba la enemistad entre griegos y turcos, soy pacifista y me propuse conocer mejor a mis vecinos".
No fue fácil: ninguna escuela en Atenas no daba clases de turco, no había libros en griego ni existía Internet, así que Ikonomou se fue a una manifestación antiamericana para contactar con refugiados y así logró dar con una ingeniera chipriota que aceptó ser su pareja lingüística.
El ruso lo aprendió "porque era de izquierdas, con el entusiasmo de la juventud". Y el chino "como un juego". Se fue a Pequín a estudiar chino y se enclaustró con sus libros a "estudiar como un loco, sin salir para nada a la calle". "Me dijeron que había un lingüista vasco que enseñaba el euskara y a su clase sólo fuimos una chica yugoslava y yo, imaginate, una clase de euskara en Pekín, con un griego y una yugoslava".
El resultado fue desastroso y Ikonomou sólo recuerda dos o tres palabras. "El catalán me encanta, pero mis esfuerzos por aprenderlo no fueron demasiado gratificantes: intenté hablarlo en Barcelona pero los catalanes sistemáticamente me respondían en castellano, para ayudarme", lamenta el eurofuncionario griego, de 44 años.
"Si quieres aprender una lengua lo mejor es enamorarte de toda su cultura, desde su historia hasta su gastronomía, cine o música pop, por cursi o hortera que sea", aconseja.
Ikonomou ha estudiado "en las favelas de Río y en Harvard y Columbia" y entre sus mejores profesores destacan "una prostituta negra brasileña o un drogadicto". "Me sentí drogado leyendo literatura mística del Irán medieval, a Hafez, Sa'adi o Rumi". Abrazó el islam y incluso se hizo vegetariano muy estricto: "Ni siquiera dejaba que alguien que hubiera tocado carne tocara después mi comida".
Los traductores profesionales como Ikonomou sólo traducen hacia su lengua materna. La Comisión Europea tiene algunos problemas para encontrar intérpretes ingleses nativos
Los traductores profesionales como Ikonomou sólo traducen hacia su lengua materna y la Comisión Europea tiene algunos problemas para encontrar a intérpretes ingleses nativos. "Los ingleses son los peores aprendiendo idiomas de toda la UE, lo dicen las encuestas", apunta Ikonomou, aunque los políticos españoles tampoco destacan por ser unos poliglotas.
"En una cumbre, Felipe González quería decir en francés "Estoy ante ustedes" pero dijo 'Soy de bambú' (pronunció 'Je suis de bambou' en vez de 'Je suis devant vous'), aunque los intérpretes lo entendimos e hicimos bien la traducción, somos profesionales".
Y José Luís Rodríguez Zapatero, según recuerda, le soltó al expremier británico, Tony Blair, un 'The time is good' para referirse al buen tiempo atmosférico (weather).
Pero Ikonomou, que está casado con un polaco, se niega a criticar al presidente español que aprobó la ley que permite el matrimonio homosexual, 'impensable en Grecia y en Polonia'.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
* '¿Mi mayor locura? ¡Intenté aprender euskara en Pekín!'
* 'Los ingleses son los peores aprendiendo idiomas de toda la UE'
'¿Mi mayor locura? ¡Intenté aprender euskera en Pequín!' Ioannis Ikonomou (Iraklio, Grecia, 1964) es uno de los 1.750 traductores que emplea la Comisión Europea, pero el único capaz de hablar 32 idiomas diferentes.
Vive por y para las lenguas: acaba de descubrir la comida etíope y le encanta, pero no le basta con ir al restaurante, se ha puesto a estudiar amhárico y en tres días ya está en el nivel avanzado. A quien quiera aprender polaco le recomienda cocinar pierogis.
Inglés, francés, alemán, español, holandés, portugués, sueco, italiano, danés, polaco, húngaro, turco, checo y eslovaco son sus 14 lenguas de trabajo y el griego su idioma materno
Pero también se siente "cómodo" hablando en ruso, búlgaro, turco, árabe, hebreo, chino, kurdo, armenio, persa, serbocroata, hindi/urdu, rumano, noruego, lituano o finlandés.
Y además domina algunos idiomas antiguos muertos, "son mi hobby, me apasiona estudiar sus conexiones, la historia de las palabras, para mi no es suficiente comunicarme en una lengua, necesito conocer todo su pasado".
Ikonomou creció en la isla de Creta, "espiando a los turistas e imitando su rarísimo hablar, que me intrigaba y me seducía", recuerda. Ya chapurreaba inglés, alemán e italiano cuando se retó a aprender "la lengua enemiga", el turco. "Me fastidiaba la enemistad entre griegos y turcos, soy pacifista y me propuse conocer mejor a mis vecinos".
No fue fácil: ninguna escuela en Atenas no daba clases de turco, no había libros en griego ni existía Internet, así que Ikonomou se fue a una manifestación antiamericana para contactar con refugiados y así logró dar con una ingeniera chipriota que aceptó ser su pareja lingüística.
El ruso lo aprendió "porque era de izquierdas, con el entusiasmo de la juventud". Y el chino "como un juego". Se fue a Pequín a estudiar chino y se enclaustró con sus libros a "estudiar como un loco, sin salir para nada a la calle". "Me dijeron que había un lingüista vasco que enseñaba el euskara y a su clase sólo fuimos una chica yugoslava y yo, imaginate, una clase de euskara en Pekín, con un griego y una yugoslava".
El resultado fue desastroso y Ikonomou sólo recuerda dos o tres palabras. "El catalán me encanta, pero mis esfuerzos por aprenderlo no fueron demasiado gratificantes: intenté hablarlo en Barcelona pero los catalanes sistemáticamente me respondían en castellano, para ayudarme", lamenta el eurofuncionario griego, de 44 años.
"Si quieres aprender una lengua lo mejor es enamorarte de toda su cultura, desde su historia hasta su gastronomía, cine o música pop, por cursi o hortera que sea", aconseja.
Ikonomou ha estudiado "en las favelas de Río y en Harvard y Columbia" y entre sus mejores profesores destacan "una prostituta negra brasileña o un drogadicto". "Me sentí drogado leyendo literatura mística del Irán medieval, a Hafez, Sa'adi o Rumi". Abrazó el islam y incluso se hizo vegetariano muy estricto: "Ni siquiera dejaba que alguien que hubiera tocado carne tocara después mi comida".
Los traductores profesionales como Ikonomou sólo traducen hacia su lengua materna. La Comisión Europea tiene algunos problemas para encontrar intérpretes ingleses nativos
Los traductores profesionales como Ikonomou sólo traducen hacia su lengua materna y la Comisión Europea tiene algunos problemas para encontrar a intérpretes ingleses nativos. "Los ingleses son los peores aprendiendo idiomas de toda la UE, lo dicen las encuestas", apunta Ikonomou, aunque los políticos españoles tampoco destacan por ser unos poliglotas.
"En una cumbre, Felipe González quería decir en francés "Estoy ante ustedes" pero dijo 'Soy de bambú' (pronunció 'Je suis de bambou' en vez de 'Je suis devant vous'), aunque los intérpretes lo entendimos e hicimos bien la traducción, somos profesionales".
Y José Luís Rodríguez Zapatero, según recuerda, le soltó al expremier británico, Tony Blair, un 'The time is good' para referirse al buen tiempo atmosférico (weather).
Pero Ikonomou, que está casado con un polaco, se niega a criticar al presidente español que aprobó la ley que permite el matrimonio homosexual, 'impensable en Grecia y en Polonia'.
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