Los problemas de salud se contemplan como un motivo para hacer un menú distinto al habitual pero no las cuestiones religiosas
MIRANDA DE EBRO,17.11.08,elcorreodigital.com, ESTÍBALIZ LARGO.
Todos los niños reciben una dieta adecuada a sus necesidades y no se cambia por motivos religiosos. / AVELINO GÓMEZCerca de 1.200 niños de Infantil y Primaria de la ciudad acuden a diario al comedor escolar, lo que supone un tercio del total en ambas franjas educativas. Sin embargo, no todos pueden tomar cualquier tipo de alimentos debido a problemas médicos, como diabetes, alergia al huevo, al trigo o la lactosa y enfermedades que requieren un control de la ingesta de productos, como las de tipo endocrino.
El número de alumnos en esta situación representa apenas una veintena, lo que en el global supone menos del 2%. Para todos ellos, se contempla que el servicio de comedor les prepare una dieta equilibrada que tenga en cuenta alergias y afecciones de distinta índole. Pero sólo en estos casos es factible particularizar el menú.
De hecho, acceder a este servicio especial requiere que los padres de estos niños presenten un justificante médico en el que se especifiquen sus necesidades especiales de tipo alimentario así como sus intolerancias. Además, para dar una mejor cobertura, hay centros con trato preferente para recibir a estos niños, como El Príncipe de España, Sagrados Corazones o Los Ángeles.
«Los comedores de los colegios públicos funcionamos acordes a los dictámenes de la Consejería de Educación y, por lo tanto, la empresa adjudicataria del servicio de comedor debe asumir menús para niños con necesidades especiales bajo certificado médico», explica el director del colegio Las Matillas, Francisco Aníbarro.
Aunque el problema no surgiera desde el principio del curso, siempre que se presente algún tipo de dolencia en la que el médico considere necesario un cambio de dieta se puede aplicar al alumno de inmediato avisando antes a la empresa que presta este servicio. En el caso de los colegios con comedores propios el trámite es igualmente sencillo.
«Cuando hemos tenido algún caso de este tipo se ha avisado a la empresa que hace el catering y el niño ha tenido la dieta que necesitaba bajo prescripción médica», señala la directora de Sagrada Familia, Mari Carmen Arresti.
En ocasiones, la demanda de un cambio de menú viene dada por un hecho puntual, como una diarrea o gastroenteritis, pero no siempre se puede cumplir. En estos caso hay que tener en cuenta varias casuísticas. Por ejemplo, si el colegio tiene cocina, si ha dado tiempo a avisar a la empresa que realiza el catering o la hora a la que se presenta esa dolencia.
«En nuestro caso, la empresa de catering está en Burgos y eso significa que si no la avisas pronto no va a tener tiempo para preparar ese menú distinto. Es una lástima y se debería trabajar en este punto. Esto es más sencillo en colegios que tienen su propia cocina», explica Aníbarro.
Pero, ¿qué sucede si el motivo de pedir una dieta especial tiene como fundamento exclusivamente la condición religiosa? En este caso los padres del niño no tiene ninguna opción a solicitar nada especial y, como mucho, pueden optar a dejar el plato o a no ir a comer ese día.
Poco frecuente
En este caso estarían todos los niños de origen musulmán e hindú, que no comen, por cuestione religiosas, ni cerdo ni vaca , respectivamente. Es muy poco frecuente que estos pequeños utilicen el servicio de comedor, ya que la mayoría de sus madres no trabajan o tienen flexibilidad horaria. Algunos, los menos, lo emplean y comen esta carne sin problemas y sólo hay constancia de un caso en el que sí se solicitó dieta especial.
«A principio de curso tuvimos un niño mulsumán que no quería comer carne de cerdo y lo que le dijeron fue que no comiera esa día. Hay que entender que en España el cerdo es básico en nuestra dieta y que si se hace excepciones con la gente por motivo religioso, los cristianos pedirían entonces pescado los viernes. El menú del comedor está establecido según las normas de Sanidad y se debe ejecutar así», explica la directora de Anduva, María Ángeles Ugarte.
Por otra parte, el que sí ofrece alternativas al cerdo es el comedor de Cáritas. Cada año pasan por estas instalaciones más de 6.000 personas, de las que menos de una décima parte son de origen mulsumán. Ellos pueden elegir otro platos que no contenga cerdo, si bien esto no ha provocado un cambio a la hora de plantear el menú.
«Ya hay muchos que comen embutidos y cerdo sin problemas pero hay que tener en cuenta que la mayoría de inmigrantes que acceden a este comedor son portugueses, así que no han variado hábitos», explican desde Cáritas.
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