"Gastar ese dinero me habría hecho sufrir toda mi vida", asegura Amby
Sevilla,2008-08-14, Las Provincias, EFE
Dom Amby, es un joven nigeriano de 24 años que se gana la vida vendiendo pañuelos en un semáforo en Sevilla. El joven africano entregó ayer por la mañana a la Policía Nacional una cartera que contenía 2.700 euros en efectivo.
Nada más ver a unos policías que patrullaban por la zona les avisó de que había encontrado una cartera de piel en la rotonda en la que se gana la vida. La sorpresa fue al observar que dentro contenía, dinero en efectivo, un talonario de cheques con uno de ellos por valor de 870 euros, una cartilla de ahorros, así como documentación empresarial y personal. Con estos datos los agentes localizaron y avisaron al dueño de la cartera, un empresario sevillano de 68 años, que se mostró “nervioso” por lo sucedido horas antes, “cuando circulaba en moto de vuelta de realizar unas gestiones” y se la cayó la cartera.
Dom Amby, el inmigrante nigeriano, aseguró ayer que no habría sido feliz gastando ese dinero. “Cuando me dijeron que la cartera que devolví tenía 2.700 euros pensé que era muchísimo dinero, pero el dinero no toca mi cabeza ni mi corazón, y gastar ese dinero me habría hecho feliz un momento, pero me habría hecho sufrir toda mi vida”, confesó.
El joven continuaba ayer por la tarde vendiendo pañuelos de papel a unos 40 grados de temperatura en el semáforo donde lo hace habitualmente, cerca del barrio sevillano de Los Remedios y al lado de la rotonda donde se encontró la repleta cartera.
Según relató ayer Amby, el dueño de la cartera, Fernando P.G., se dirigió a él y tras preguntarle si había sido él quien había devuelto la cartera, le dio las gracias y le entregó 50 euros.
Este dinero se lo gastará en su hijo de cinco años, con el que vive desde hace un año y medio en San Juan de Aznalfarache, una localidad cercana a Sevilla. Su compañero Kingsley Kene, que también vende pañuelos, aseguró por su parte que gracias a esta acción espera que la opinión de la gente hacia los extranjeros cambie, “porque hay muchas personas que piensan que no somos buenos, y yo digo que sí lo somos”.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Sevilla,2008-08-14, Las Provincias, EFE
Dom Amby, es un joven nigeriano de 24 años que se gana la vida vendiendo pañuelos en un semáforo en Sevilla. El joven africano entregó ayer por la mañana a la Policía Nacional una cartera que contenía 2.700 euros en efectivo.
Nada más ver a unos policías que patrullaban por la zona les avisó de que había encontrado una cartera de piel en la rotonda en la que se gana la vida. La sorpresa fue al observar que dentro contenía, dinero en efectivo, un talonario de cheques con uno de ellos por valor de 870 euros, una cartilla de ahorros, así como documentación empresarial y personal. Con estos datos los agentes localizaron y avisaron al dueño de la cartera, un empresario sevillano de 68 años, que se mostró “nervioso” por lo sucedido horas antes, “cuando circulaba en moto de vuelta de realizar unas gestiones” y se la cayó la cartera.
Dom Amby, el inmigrante nigeriano, aseguró ayer que no habría sido feliz gastando ese dinero. “Cuando me dijeron que la cartera que devolví tenía 2.700 euros pensé que era muchísimo dinero, pero el dinero no toca mi cabeza ni mi corazón, y gastar ese dinero me habría hecho feliz un momento, pero me habría hecho sufrir toda mi vida”, confesó.
El joven continuaba ayer por la tarde vendiendo pañuelos de papel a unos 40 grados de temperatura en el semáforo donde lo hace habitualmente, cerca del barrio sevillano de Los Remedios y al lado de la rotonda donde se encontró la repleta cartera.
Según relató ayer Amby, el dueño de la cartera, Fernando P.G., se dirigió a él y tras preguntarle si había sido él quien había devuelto la cartera, le dio las gracias y le entregó 50 euros.
Este dinero se lo gastará en su hijo de cinco años, con el que vive desde hace un año y medio en San Juan de Aznalfarache, una localidad cercana a Sevilla. Su compañero Kingsley Kene, que también vende pañuelos, aseguró por su parte que gracias a esta acción espera que la opinión de la gente hacia los extranjeros cambie, “porque hay muchas personas que piensan que no somos buenos, y yo digo que sí lo somos”.
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