martes, 12 de agosto de 2008

Prácticas contables como el cálculo de costes tiene su origen en la Málaga Ándalusí del siglo XIII

Universidad Pablo de Olavide

Lo efímero de soportes como el papel hace que en materias como la contabilidad el paso del tiempo borre el saber hacer de épocas anteriores.

Sevilla,12/8/2008,universia.es

En un ejercicio que cabría calificar como de arqueología contable, un grupo de investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) concluyen en un estudio que prácticas como el cálculo de costes, cuyo origen se ha datado tradicionalmente en el siglo XIX, tienen antecedentes en el zoco de la Málaga andalusí en el siglo XIII. Un trabajo dirigido por el profesor Fernando Gutiérrez Hidalgo y que se enmarca dentro de los proyectos de excelencia concedidos por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa en el año 2005.

La influencia de otras culturas en las prácticas contables es uno de los campos más interesantes que están todavía pendientes de estudio. “Existen indicios de que la cultura islámica tuvo que dejar su ‘huella’ en contabilidad ya que durante la Edad Media, en el binomio árabe-cristiano, los primeros fueron más avanzados en materias tan relacionadas como las Matemáticas” ha señalado a Andalucía Investiga el responsable del proyecto. Una prueba de ello la encontramos en un manuscrito analizado por los investigadores de la UPO, titulado “Kitab fi Adab al-Hisba”, que se podría traducir como “Libro del Buen Gobierno del Zoco”, de Al-Saqati. Un tratado que fue traducido en 1967 por el arabista Chalmeta y en la que el autor regulaba, de forma práctica y detalla, la actividad del zoco de Málaga en el último cuarto del siglo XIII.

Según Fernando Gutiérrez, el texto de Al-Saqati recoge más que datos contables, procedimientos para el cálculo de costes, práctica que la literatura especializada ha fijado su origen en el XIX y cuyo principal objetivo es ofrecer precios más competitivos. De esta forma, a raíz del análisis del tratado se deduce que la práctica de realizar cálculos de coste no sólo es anterior de lo que se pensaba, sino que además, surge para proteger al consumidor final y no para hacer a las organizaciones más competitivas.

“La iniciativa de calcular el coste de los productos, en este caso, tiene un trasfondo religioso” afirma el investigador, ya que “según la Ley Islámica, el engaño de los mercaderes estaba prohibido”. Para evitar este engaño, en el zoco se establecía un precio, que se podría calificar de “justo”, calculando el coste de los materiales y demás recursos que intervenían en la elaboración de diversos productos. El libro calcula el coste de, por ejemplo, la carne, los dulces o el pan. Con respecto a este último, el libro de Al-Saqati tenía en cuenta desde lo que le costaba la harina, el coste de personal y otros materiales, llegando incluso a considerar lo que hoy conocemos como costes indirectos, “algo novedoso para la literatura especializada” según el investigador.

Por otro lado, y pese a que la primera mención explícita del cálculo de costes se hace en relación al Zoco malagueño, en el proyecto también se han tenido en cuenta otras fuentes que dejan entrever que esta práctica puede ser anterior al siglo XIII. En concreto, García Gómez había traducido en 1957 un texto que describía las actividades del zoco de Sevilla en el siglo IX, y cuya autoría se concede a Yahyá ibn ‘Umar. “El tratado sobre el zoco de Sevilla asienta un precedente al hablar de la necesidad de un 'precio justo'; sin embargo, no se refiere a cómo calcularlo, mientras que en el tratado del siglo XIII sí”, señala Fernando Gutiérrez.

El proyecto

Con el título de “Andalucía, cruce de culturas: una visión desde la contabilidad”, desde la Universidad Pablo de Olavide se han diseñado tres líneas de actuación para abordar este proyecto. Por un lado, el estudio de las fuentes secundarias, mencionadas arriba, que ya se han plasmado en varios artículos presentados en distintos foros internaciones de prestigio. En una segunda línea, se pretende el análisis de los fondos archivísticos custodiados por la Fundación Mahmud Kati, un archivo creado por la familia Kati, musulmanes españoles que fueron exiliados de Toledo en el siglo XV y que, tras muchos avatares, se ubicó en Tombuctú (Malí).

Según señala el responsable de la investigación, estos fondos están compuestos por más de tres mil documentos, siendo el legado andalusí más importante fuera de España. Se compone de autobiografías, documentos públicos, libros de familia hereditarios y de transmisiones, entre otros. De esta forma, ofrece una información histórica valiosa sobre la gestión familiar, la penetración del Islam en España, el destino de las familias musulmanas después de que la caída del Reino de Toledo y sobre el exilio a África de muchos andalusíes.

No obstante, por el estado de los documentos y la necesidad de una traducción adecuada, el grupo dirigido por Fernando Gutiérrez aún no ha podido analizar los fondos contables del archivo. “A medio plazo esperamos tener acceso a esta documentación que, por pertenecer a una familia adinerada y culta, nos permitirá conocer cómo administraban sus posesiones” afirma el investigador.

Como último de los aspectos que se están analizando en este estudio se encuentra la influencia de Andalucía en América. En palabras de Fernando Gutiérrez, el caso andaluz resulta interesante ya que, en pocos años, pasó de la influencia musulmana a ser un punto de proyección de la influencia cristiana sobre América. “Hay que tener en cuenta que la Reconquista hizo que en Andalucía se establecieran importantes órdenes militares y religiosas que influyeron en la organización de las Colonias Americanas”, afirma el investigador. Así, se espera analizar el trasvase de técnicas organizativas y contables entre Europa y América y del uso de la contabilidad como una herramienta para el “control en la distancia”.

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