Granada, 01.12.07 , ideal.es I. G.
Jesús Bermúdez, asesor técnico de Arqueología de la Alhambra, asegura que la restauración de los leones obligará a revisar algunos capítulos de la Historia del Arte. «Hasta ahora parecían una representación hierática, una figura sin detalles. Con la restauración se ve que son barrocos y hasta manieristas», afirma este especialista. Como ejemplo, destaca que los escultores -quizá uno por estatua- se preocuparon por detalles «casi microscópicos»: una vez eliminada la costra que los cubría, han aparecido en el mármol detalles como el pelaje, los dedos y las uñas de las patas.
Bermúdez resalta que la aparente simplicidad de estas esculturas había servido a algunos investigadores para abonar la idea de que el Islam no permite la representación de figuras animadas, ya que en esa religión emular la capacidad creadora de Alá se considera blasfemia. Sin embargo, recuerda el experto, la escasez de este tipo de representaciones no es fruto de una prohibición rígida, sino más bien de una tradición cultural. De hecho, recuerda, en el arte hispanomusulmán los leones eran un motivo artístico relativamente frecuente: algunos textos indican en la propia Alhambra había más, y también hay pruebas de su existencia en una fuente en Medina Azahara.
Teorías
Aunque desde hace décadas se sabía que los doce leones eran distintos -sin ir más lejos, sus pesos oscilan entre los 250 y los 300 kilos-, se desconocía que lo eran tanto. Esas diferencias, ¿eran parte del encargo o la consecuencia de un trabajo colectivo? No se sabe, responde Bermúdez. El caso es que al menos tres de los leones conservan en la frente unos triángulos misteriosos cuyo significado aún no se ha descifrado.
El experto apunta que sobre la simbología del Patio de los Leones hay diversas teorías, pero ninguna ha sido aún demostrada. Se ha especulado que toda la construcción es una especie de reloj de agua o de sol, y también que la disposición de los surtidores responde a una fórmula matemática o a la orientación de los puntos cardinales.
Otra posibilidad es relacionar a cada león con su correspondiente parte de la casida de Ibn Zamrak que rodea la taza, a modo de cántico de alabanza a Mohamed V. «Cada uno está frente a uno de los doce versos y a lo mejor cada león 'guarda' algo que está en el texto», aventura.
Los animales están en actitud de alerta: colas replegadas, orejas tiesas, fauces abiertas y dientes apretados. «El sultán derrama el agua, sus bendiciones, su magnanimidad y su poder a través de los leones, que son como los guardianes del reino», señala Jesús Bermúdez.
Lo que el experto tiene muy claro es que la restauración abrirá infinitas posibilidades a los investigadores. En toda la Alhambra, recuerda, se da esa «dualidad» de significados: por debajo de la simple y pura belleza hay siempre un mensaje subliminal. «Ningún artesano islámico hace las cosas al azar», concluye.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Jesús Bermúdez, asesor técnico de Arqueología de la Alhambra, asegura que la restauración de los leones obligará a revisar algunos capítulos de la Historia del Arte. «Hasta ahora parecían una representación hierática, una figura sin detalles. Con la restauración se ve que son barrocos y hasta manieristas», afirma este especialista. Como ejemplo, destaca que los escultores -quizá uno por estatua- se preocuparon por detalles «casi microscópicos»: una vez eliminada la costra que los cubría, han aparecido en el mármol detalles como el pelaje, los dedos y las uñas de las patas.
Bermúdez resalta que la aparente simplicidad de estas esculturas había servido a algunos investigadores para abonar la idea de que el Islam no permite la representación de figuras animadas, ya que en esa religión emular la capacidad creadora de Alá se considera blasfemia. Sin embargo, recuerda el experto, la escasez de este tipo de representaciones no es fruto de una prohibición rígida, sino más bien de una tradición cultural. De hecho, recuerda, en el arte hispanomusulmán los leones eran un motivo artístico relativamente frecuente: algunos textos indican en la propia Alhambra había más, y también hay pruebas de su existencia en una fuente en Medina Azahara.
Teorías
Aunque desde hace décadas se sabía que los doce leones eran distintos -sin ir más lejos, sus pesos oscilan entre los 250 y los 300 kilos-, se desconocía que lo eran tanto. Esas diferencias, ¿eran parte del encargo o la consecuencia de un trabajo colectivo? No se sabe, responde Bermúdez. El caso es que al menos tres de los leones conservan en la frente unos triángulos misteriosos cuyo significado aún no se ha descifrado.
El experto apunta que sobre la simbología del Patio de los Leones hay diversas teorías, pero ninguna ha sido aún demostrada. Se ha especulado que toda la construcción es una especie de reloj de agua o de sol, y también que la disposición de los surtidores responde a una fórmula matemática o a la orientación de los puntos cardinales.
Otra posibilidad es relacionar a cada león con su correspondiente parte de la casida de Ibn Zamrak que rodea la taza, a modo de cántico de alabanza a Mohamed V. «Cada uno está frente a uno de los doce versos y a lo mejor cada león 'guarda' algo que está en el texto», aventura.
Los animales están en actitud de alerta: colas replegadas, orejas tiesas, fauces abiertas y dientes apretados. «El sultán derrama el agua, sus bendiciones, su magnanimidad y su poder a través de los leones, que son como los guardianes del reino», señala Jesús Bermúdez.
Lo que el experto tiene muy claro es que la restauración abrirá infinitas posibilidades a los investigadores. En toda la Alhambra, recuerda, se da esa «dualidad» de significados: por debajo de la simple y pura belleza hay siempre un mensaje subliminal. «Ningún artesano islámico hace las cosas al azar», concluye.
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