Barcelona. 28/11/2007 (EFE).-
Los imanes de Catalunya, con una media de edad de
entre 45 y 50 años, no siempre son los verdaderos líderes de las comunidades musulmanas en las que ejercen, según una de las conclusiones del estudio 'Los imanes de Catalunya' (Empúries), del antropólogo Jordi Moreras, que ha presentado hoy en Barcelona.
A petición de la Fundación Jaume Bofill, Moreras, que dirige una consultoría especializada en temas de inmigración y pluralismo religioso, realizó en 2005 una investigación sobre estas figuras, la primera de estas características de España, en la que las analiza específicamente en el contexto de la inmigración.
Según ha explicado hoy en rueda de prensa, existe la percepción de que los imanes son los líderes de las comunidades musulmanes, pero ha alertado de que debe distinguirse "el liderazgo doctrinal, que es lo que hacen, del liderazgo civil, que recae en las personas que trabajan para conseguir que una comunidad local disponga de un oratorio y de una persona a su frente".
Entiende Jordi Moreras que son las personas que detentan el liderazgo civil del colectivo las que se relacionan "activamente" con la sociedad catalana y, por tanto, ha pedido que se "rebajen" las expectativas sobre el liderazgo de los imanes.
Asimismo, ha recordado que determinadas cuestiones relacionadas con el velo o con la actitud de las mujeres "tienen más que ver con una conjunción de diferentes factores que con la incidencia de un señor concreto".
Del estudio, en el que se han entrevistado un total de 33 imanes y a otra treintena de expertos sobre el colectivo, también se desprende que el ejercicio de la función del imán está marcado por la precariedad laboral -sólo un 20 por ciento de los entrevistados tenía un contrato laboral firmado- y por unas bajas retribuciones, menos de mil euros mensuales.
Además, como una parte importante de los 180 oratorios que hay en Catalunya no están inscritos como entidades religiosas islámicas, los imanes que trabajan allí no están reconocidos legalmente como tales.
Moreras propone que se formule un estatuto laboral que regule las condiciones sobre cómo deben ser contratados estos líderes religiosos y defina sus funciones.
En otro punto del informe, mantiene el antropólogo que la preparación de muchos de los imanes no es la adecuada para el contexto en el que trabajan en la actualidad, porque la formación que han recibido estaba pensada para que pudieran ejercer en sus países de origen.
Para paliar este hecho, el estudioso cree que se deberían priorizar iniciativas que mejoren el conocimiento del entorno social en el que ejercen, tanto relacionadas con el aprendizaje de la lengua como con el marco legal.
Por otra parte, indica que se produce una divergencia fundamental entre las expectativas que elaboran las comunidades musulmanas respecto a lo que deben hacer los imanes y las que formula la sociedad catalana, que los cree como líderes máximos.
Insiste Jordi Moreras que para clarificar las expectativas mutuas sería necesario contar con un estatuto que defina las funciones de una figura que "posiblemente no es tan influyente como se cree, aunque a raíz de las viñetas sobre Mahoma fueron ellos en Catalunya los que pidieron a los creyentes que se mostraran su enfado, pero de forma razonada".
Moreras ha pedido a la sociedad catalana que sea cuidadosa, en este sentido, y ha aseverado que "el radicalismo se encuentra antes en internet que en los discursos de los imanes de aquí".
El perfil de los imanes que ejercen en Catalunya responde a un hombre de entre 45 y 50 años, algunos solteros, otros casados e incluso hay algún separado y viudo, procedentes de diferentes países, aunque mayoritariamente son de Marruecos y Pakistán, principalmente suníes, aunque también los hay chiíes y de otras corrientes del islam.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Los imanes de Catalunya, con una media de edad de
entre 45 y 50 años, no siempre son los verdaderos líderes de las comunidades musulmanas en las que ejercen, según una de las conclusiones del estudio 'Los imanes de Catalunya' (Empúries), del antropólogo Jordi Moreras, que ha presentado hoy en Barcelona.
A petición de la Fundación Jaume Bofill, Moreras, que dirige una consultoría especializada en temas de inmigración y pluralismo religioso, realizó en 2005 una investigación sobre estas figuras, la primera de estas características de España, en la que las analiza específicamente en el contexto de la inmigración.
Según ha explicado hoy en rueda de prensa, existe la percepción de que los imanes son los líderes de las comunidades musulmanes, pero ha alertado de que debe distinguirse "el liderazgo doctrinal, que es lo que hacen, del liderazgo civil, que recae en las personas que trabajan para conseguir que una comunidad local disponga de un oratorio y de una persona a su frente".
Entiende Jordi Moreras que son las personas que detentan el liderazgo civil del colectivo las que se relacionan "activamente" con la sociedad catalana y, por tanto, ha pedido que se "rebajen" las expectativas sobre el liderazgo de los imanes.
Asimismo, ha recordado que determinadas cuestiones relacionadas con el velo o con la actitud de las mujeres "tienen más que ver con una conjunción de diferentes factores que con la incidencia de un señor concreto".
Del estudio, en el que se han entrevistado un total de 33 imanes y a otra treintena de expertos sobre el colectivo, también se desprende que el ejercicio de la función del imán está marcado por la precariedad laboral -sólo un 20 por ciento de los entrevistados tenía un contrato laboral firmado- y por unas bajas retribuciones, menos de mil euros mensuales.
Además, como una parte importante de los 180 oratorios que hay en Catalunya no están inscritos como entidades religiosas islámicas, los imanes que trabajan allí no están reconocidos legalmente como tales.
Moreras propone que se formule un estatuto laboral que regule las condiciones sobre cómo deben ser contratados estos líderes religiosos y defina sus funciones.
En otro punto del informe, mantiene el antropólogo que la preparación de muchos de los imanes no es la adecuada para el contexto en el que trabajan en la actualidad, porque la formación que han recibido estaba pensada para que pudieran ejercer en sus países de origen.
Para paliar este hecho, el estudioso cree que se deberían priorizar iniciativas que mejoren el conocimiento del entorno social en el que ejercen, tanto relacionadas con el aprendizaje de la lengua como con el marco legal.
Por otra parte, indica que se produce una divergencia fundamental entre las expectativas que elaboran las comunidades musulmanas respecto a lo que deben hacer los imanes y las que formula la sociedad catalana, que los cree como líderes máximos.
Insiste Jordi Moreras que para clarificar las expectativas mutuas sería necesario contar con un estatuto que defina las funciones de una figura que "posiblemente no es tan influyente como se cree, aunque a raíz de las viñetas sobre Mahoma fueron ellos en Catalunya los que pidieron a los creyentes que se mostraran su enfado, pero de forma razonada".
Moreras ha pedido a la sociedad catalana que sea cuidadosa, en este sentido, y ha aseverado que "el radicalismo se encuentra antes en internet que en los discursos de los imanes de aquí".
El perfil de los imanes que ejercen en Catalunya responde a un hombre de entre 45 y 50 años, algunos solteros, otros casados e incluso hay algún separado y viudo, procedentes de diferentes países, aunque mayoritariamente son de Marruecos y Pakistán, principalmente suníes, aunque también los hay chiíes y de otras corrientes del islam.
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