miércoles, 23 de mayo de 2007

VIDA DESPUES DE LA MUERTE

Por :PROF.ABUL A`LA MAUDUDI

¿Existe una vida después de la muerte? Y si es así, ¿qué clase de vida es? La cuestión va mucho más allá de nuestro sentido de la percepción. No tenemos ojos con los que veamos mas allá de las fronteras de la vida humana y saber que hay detrás de ella. No tenemos oídos con los que podamos oír algo mas allá de esos limites. Tampoco tenemos instrumento alguno que pueda determinar con exactitud si existe una vida después de la muerte. Por tanto, la cuestión de sí hay una vida después de la muerte esta completamente fuera del campo del conocimiento científico relacionado con la clasificación e interpretación de datos sensibles. Cualquiera que afirme en nombre de la ciencia que no hay vida después de la muerte, hace una afirmación muy poco científica. Basándonos en el conocimiento científico no podemos afirmar que existe una vida después de la muerte, pero tampoco podemos negarlo. Hasta que descubramos un medio seguro para adquirir conocimiento de este tema, la actitud científica correcta seria la de ni negar, ni afirmar, la posibilidad de que existe vida después de la muerte. La cuestión esta por encima de su jurisdicción.

Pero, ¿podemos mantener esta actitud en la vida?, ¿Podemos unirnos a esta neutralidad? Teóricamente hablando, esto puede parecer bien, pero contemplando la dura realidad de la vida con que debemos enfrentarnos a cada paso, nuestra respuesta seria, naturalmente, que no. Al no tener los medios los medios para conocer una cosa directamente, entonces si es posible para nosotros, desde el punto de vista puramente racional, el evitar tanto negarlo como afirmarlo. Pero si la cuestión esta directamente relacionada con nuestra vida cotidiana, no podemos mantener esta actitud y debemos negar o afirmar su existencia. En orden a vivir una vida completa sobre la tierra, deberemos adoptar una actitud definitiva sobre tales problemas. Estas cuestiones no pueden ser sencillamente evitadas. Por ejemplo, si no conoces a una persona y no has tenido relación con ella, evitas él formarte una opinión sobre su integridad y honradez; pero si tienes que tratar con dicha persona, debes asumir la idea de que o es honrado o no lo es. También puedes aceptar la idea de que hasta que no se demuestre en la practica su honestidad, trataras con dicha persona asumiendo el de que su integridad es dudosa. Pero esta forma de tratar con esa persona no será diferente de la forma en que la tratarias si estuvieses convencido de su falta de honradez. Por tanto, es posible, un estado de duda entre la afirmación y la negación, únicamente como una idea abstracta, si no se pueden formar las bases de una relación practica, lo que requiere una actitud positiva de afirmación o de negación.

EL SIGNIFICADO DE LA VIDA DESPUES DE LA MUERTE

Una pequeña reflexión nos ayudara a ver que la cuestión de la vida después de la muerte no es simplemente una cuestión filosófica; esta mas profunda y más íntimamente relacionada con nuestra vida diaria. De hecho, nuestra actitud moral depende de esta cuestión. Si una persona tiene el punto de vista de que la vida en este mundo es la vida y de que no existe vida de ningún tipo después de esta, entonces deberá desarrollar una particular actitud moral. Una actitud radicalmente diferente será la de una persona que cree que esta vida va seguida de otra, uno de los actos de este mundo y que el destino final en él mas allá dependerá de la conducta que se tenga en este mundo. A ver si comprendemos esto a través de un sencillo ejemplo. Una persona inicia un viaje desde Lahore a Karachi (dos ciudades de Pakistán), sabiendo que esta viajando a su destino final, en donde estará fuera del alcance de la policía que le puede quitar el botín de un delito que ha cometido, y que fuera de la jurisdicción de los tribunales de justicia que le pueden pedir cuentas. Otra persona realiza el mismo viaje, sabiendo que solo es el primer paso de un largo camino que le llevara mas allá de Karachi, a un país extranjero, gobernado por el mismo soberano que gobierna en Pakistán. También sabe que los tribunales de justicia de ese soberano tienen informes secretos completos de todas sus actividades en Pakistán y que estos registros serán examinados a fondo en orden a decidir que rango y tratamiento merece, en virtud de su actuación en el pasado. Ahora será fácil comprender que diferente será la conducta de estos dos viajeros en el mismo tren. El primero se prepara únicamente para el viaje hasta Karachi; mientras que él ultimo tendra en cuenta también la necesidad de otras etapas a lo largo del viaje. El primero asumirá todos los posibles beneficios que podrá obtener o todas las perdidas o daños que podrá sufrir, y se limitara solo al viaje hasta Karachi y ese será el fin del mismo. Por otro lado, el segundo sabrá que los verdaderos beneficios o pérdidas del viaje se verán en su última parada y no en la primera. El primer viajero tendrá la vista solo aquellos resultados de sus acciones tal y como se manifestaran a su llegada a Karachi; la visita del segundo tendrá resultado a largo plazo que se desvelaran en las lejanas tierras a donde eventualmente le conducirá su viaje.
Ahora esta claro que la diferencia entre el método y las actitudes de los dos viajeros es el resultado directo de su punto de vista del tipo de viaje que realzan y de su final. De igual manera, la idea de una persona con respecto a la vida después de la muerte tiene una influencia decisiva sobre su conducta moral en este mundo. La decisión de cada acto en su vida practica dependerá de sí considera a esta vida mundana como el primer y ultimo paso en la vida, o si, por el contrario, tiene la perspectiva del mas allá y las consecuencias de su conducta en este mundo o en el próximo. Según sea el caso, se moverá en una dirección o en la otra totalmente opuesta.
Por esto, debería quedar claro que la cuestión de la vida después de la muerte no es simplemente un ejercicio intelectual o filosófico sin fruto, sino una cuestión que relaciona íntima y vitalmente los efectos de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, no existe justificación para un exceptivo en este asunto. Cualquier actitud que fuese determinada por el exceptivo con respecto al mas allá, puede que efectivamente no fuese diferente de la actitud basada en un rechazo definitivo de la idea de vida después de la muerte. Estamos, por tanto, obligados a decidir si hay una vida después de la muerte o no. Si la ciencia no puede ayudarnos aquí, deberemos buscar la ayuda del pensamiento racional y del razonamiento lógico.

¿ADÓNDE NOS CONDUCE LA RAZON?

Pero, ¿cuáles son los datos en los que podamos basar este lógico razonamiento?
Primero esta el hombre y después el sistema del universo. Por tanto, intentaremos estudiar al hombre en el fondo del universo y veremos si todas sus necesidades se cumplen en este sistema o alguna de ellas permanece insatisfecha y necesita algún otro tipo de sistema para su realización.
El hombre tiene varios aspectos. En primer lugar, tiene un cuerpo que esta formado por diferentes minerales, sales, gases y agua. El universo es un gran sistema que contiene desde una mota de polvo hasta los grandes planetas que se mueven en sus órbitas. Nos encontramos deslumbrados por el espectáculo de una multitud de cosas: la tierra, piedras, metales, sales, gases, ríos, océanos, y un sin fin de cosas del mismo tipo. Estas cosas necesitan un conjunto de leyes que gobiernan su existencia y funcionamiento, y todas estas leyes se encuentran trabajando dentro del universo. Proporcionan una libre oportunidad a los diferentes elementos y fuerzas naturales que desarrollan su papel en el universo; de forma similar, el cuerpo humano tiene una total y libre oportunidad de vivir y trabajar bajo estas leyes. En segundo lugar, el hombre es un ser que crece mediante los alimentos que obtiene de las cosas que lo rodean.
Igualmente, existen diferentes tipos de árboles, plantas y hierbas en el universo, que están regidas por las leyes y que son esenciales para los cuerpos que se desarrollan.
Además, el hombre, es un ser vivo que se mueve y actúa a su libre voluntad; se procura alimento, se protege a sí mismo y asegura la preservación de la especie. Nuevamente nos encontramos con que hay otros seres diferentes a esta clase en el universo; sobre la tierra, en el agua y en el aire, existen millares de animales cuyas vidas y funciones están completamente regidas por las leyes que son suficientes para acabar toda su gama de actividades.
Por encima de todo, esta el aspecto moral del ser humano, que esta dotado con la conciencia de lo bueno y de lo malo, que tiene la facultad de discernir entre los dos y el poder de hacer el bien tanto como el mal.
La naturaleza del hombre exige que los buenos actos deban tener buenos resultados y que los malos actos conduzcan a malas consecuencias.
El hombre puede discernir la justicia de la tiranía, la verdad de la falsedad, lo bueno de lo malo, la clemencia de la crueldad, la bondad de la arrogancia, la generosidad de la avaricia, la honestidad del abuso de confianza, y así sucesivamente.
Estas cualidades no son ideas abstractas sino que son en la actualidad una experiencia de la vida humana y tienen un profundo y extenso efecto sobre la cultura humana. Por tanto, la naturaleza con que esta dotado el hombre exige que sus actos le lleven inexorablemente a sus consecuencias morales, de la misma forma que le conducen a sus efectos físicos.
Pero, veamos y reflexionemos un poco más profundamente sobre el sistema del universo. ¿Pueden las consecuencias morales de las acciones humanas desarrollarse completamente en este sistema? Basándonos en el conocimiento que poseemos, podemos asegurar que esto no es posible por que, por todo lo que conocemos, no existe ninguna otra criatura en el universo que este dotada de una conciencia moral.
Todo el sistema esta regido por las leyes físicas del universo y las leyes morales del reino humano no funcionan ya en ningún lado en toda su capacidad. Por ejemplo, el dinero supone valor y fuerza en los asuntos humanos, aunque, a menudo, falten ambos. La semilla del mango siempre dará un campo de mangos; el que dice la verdad a veces recibe elogios, pero por otro lado con demasiada frecuencia, recibe palabras hirientes.
Los objetos materiales del mundo están gobernados por unas leyes que siempre conducen a unos resultados predeterminados, pero dentro de la dinámica del funcionamiento de estas leyes, la actuación de las fuerzas morales en el mundo humano no es tan manifiesta. Las leyes de la naturaleza a menudo no logran asegurar las consecuencias morales lógicas de las acciones humanas; e incluso, donde encontramos tales consecuencias, solo suceden en la extensión que permite las leyes de la naturaleza. Vivimos en un mundo físico. Y a menudo, sucede que las consecuencias de acto bajo las leyes de la naturaleza son sencillamente contrarias a las que exige las leyes de la ética.
A través de la vida cultural y civilizada y de la organización política, el hombre no duda por luchar en asegurarse en cierto modo que los actos del hombre lleven a tener unas consecuencias morales preordenadas, de acuerdo al código de la ética.
Pero estos intentos se han realizado a una escala muy limitada y de manera deficiente. Por otro lado, han sido estropeados por el funcionamiento de las leyes naturales y por la propia debilidad y defectos del hombre.
Intentemos comprender esto con la ayuda de unos ejemplos. Si una persona prende fuego a la casa de su enemigo, la casa se destruirá, este será el resultado natural del acto. La consecuencia moral del acto será el castigo del hecho criminal por el daño que ha causado a la familia cuya casa ha quemado. Pero esta consecuencia solo puede existir si el culpable puede ser localizado y aprehendido por la policía, demostrado el cargo que se le imputa, que los tribunales de justicia estimen que es una perdida total la originada por ese delito para la familia afectada y para sus futuras generaciones, y entonces castigar al culpable con un castigo de acuerdo a su delito. Si cualquiera de estas condiciones no esta totalmente cumplimentada, la consecuencia moral no se manifestara de forma completa, o solo se expondrá de una forma parcial; mejor dicho, es muy posible que el culpable pueda quedar libre e incluso ser feliz y hacerse rico después de haber arruinado a su enemigo.
Tomemos otro ejemplo: a menudo, vemos que unas pocas personas, por las buenas o por las malas, llegan a tener el control de toda una comunidad, que se ve obligada a seguirles. Tomando ventaja de su posición esos líderes embaucan a la gente para que sigan su patriotería y militante imperialismo. Conducen a esta gente a la guerra con sus vecinos. Muchos países se arruinaron en estas guerras, millones de hombres mueren y muchos más se ven obligados a vivir en la miseria y degradación. Sus crímenes han tenido efecto sobre la historia humana durante generaciones incontables, incluso durante muchos siglos. Ahora, ¡es posible que dichos maníacos criminales puedan ser castigados de forma adecuada por sus crímenes y locuras en esta vida?. Naturalmente que no serian castigados adecuadamente, incluso aunque todos ellos fueran literalmente arrojados a los lobos, o quemados vivos, o castigados por cualquier otra tortura de la que el hombre sea capaz. Ningún castigo imaginable podría ser comparado con el daño causado por ellos a millones de hombres durante varias generaciones. Bajo las leyes naturales que rigen el sistema del universo no podrían ser castigados de manera acorde a sus crímenes y maldades. Incluso si un Chenghiz o un Hitler fuesen cortados en pedacitos, este castigo no tiene comparación con el daño que hicieron a la humanidad.
Tomemos, por otro lado, el ejemplo de los grandes Profetas, los humildes, piadosos y virtuosos hombres que llamaron a los hombres a la verdad y al camino recto y que les guiaron de la oscuridad hacia la luz, y cuyas ideas, enseñanzas y ejemplos prácticos, han beneficiado a millones de hombres durante siglos. Y ellos hicieron todo este bien a la humanidad soportando toda clase de adversidades que se cruzaron en su camino y sufriendo tristemente en manos de unos intereses privados. ¿Es posible recompensar a estos hombres adecuadamente en este corto tiempo de vida dentro de los límites de las leyes físicas que rigen el mundo?
Como decíamos mas arriba, ´´ las leyes que rigen el actual sistema del universo no dan la oportunidad de desarrollar totalmente las consecuencias morales de las acciones humanas ´´
En segundo lugar, las acciones de los hombres en sus cortos espacios de vida sobre la tierra, frecuentemente tienen reacciones y efectos tan grandes y extensos que todas sus consecuencias llevarían miles de años en desarrollarse y manifestarse totalmente; y esto es obviamente imposible para cualquier persona bajo las actuales leyes naturales él poder conseguir tan larga carrera sobre la tierra.
Después de esto, naturalmente, surge el hecho que mientras que en el presente mundo físico sus leyes naturales son suficientes para los componentes materiales y animales del hombre, por otro lado, son totalmente inadecuadas para el elemento moral de su ser.
Este componente exige otro mundo en donde las leyes de la ética sean las que gobiernen y las leyes naturales estén sometidas a ellas; en donde la vida es ilimitada; en donde todas las consecuencias morales de las acciones humanas en el mundo material que no puedan manifestarse aquí, se manifestaran completamente y de manera adecuada allí.
Exige un mundo en donde la verdad y la bondad reinen, y no el oro, ni la plata, en donde el fuego queme las cosas que están destinadas a ser quemadas, de acuerdo a la ley moral; en donde la felicidad y el bienestar será la recompensa de los virtuosos y el sufrimiento sea el castigo de los malvados. Tanto la naturaleza, como la razón, exigen este orden.

LA LUZ DEL CORAN

En lo que se refiere al razonamiento, esta solo indica que dicho mundo ``debería ser``. Pero, en cuanto a la cuestión de sí dicho mundo existe de hecho, ni razón, ni el conocimiento, pueden darnos una respuesta categórica. Y aquí es donde puede ayudarnos el Corán. Nos asegura que el mundo que nuestra naturaleza y nuestra razón exigen, será una realidad algún día. El actual sistema del universo, que fue creado de acuerdo a las leyes físicas, será demolido de un plumazo y será sustituido por otro mundo en donde la tierra, los cielos y las demás cosas, serán esencialmente diferentes de cómo son ahora aquí.
El Altísimo resucitara entonces a todos los hombres que nacieron de la creación hasta su final, y les hará presentarse a todos delante de El a un mismo tiempo.
La historia de todos los actos de cada persona, comunidad, y de toda la humanidad, estará allí presente, sin el más ligero error u omisión. Habrá también informes completos de los efectos y consecuencias de todas las acciones humanas en el mundo material; y todas las generaciones de hombres afectadas por ellas estarán presentes en el estrado de los testigos. Cada partícula afectada de cualquier forma por los actos o palabras de los hombres, contaran su propia historia. Y cada miembro, los ojos, oídos y demás partes del cuerpo humano, serán testigos de cómo fueron utilizados o de cómo se abuso de ellos en la vida.
Sobre las bases de esta irrefutable evidencia y estos completos datos, Allah, el supremo soberano del universo, decidirá en cada caso con perfecta justicia y pronunciara la recompensa o castigo, según exija el caso. La recompensa, como el castigo, será de una magnitud que ni siquiera puede ser estimada por los limitados patrones de que disponemos en el mundo material. Los criterios de tiempo y espacio, pesos y medidas, y las leyes naturales, serán esencialmente diferentes de aquellas que prevalecen en el mundo presente.
Las virtudes, cuyos beneficiosos efectos se extienden a lo largo de varios siglos de este mundo, serán totalmente recompensadas allí, y ni la muerte, ni la enfermedad, ni la edad, podrán mermar el placer de la recompensa. Por otro lado, las malas acciones, cuyos efectos y consecuencias dañaron la vida de millones de seres en este mundo, durante cientos de años, serán plenamente castigadas, y ni la muerte, ni el coma profundo, serán capaces de aliviar el placer y la angustia del que lo sufre.
Si el actual sistema del universo con sus leyes naturales es una posibilidad y una realidad, ¿por qué se mira con una imposibilidad la existencia de otro mundo, con un conjunto de leyes naturales diferentes? .

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