lunes, 21 de mayo de 2007

LA CIENCIA EN LA CIVILIZACIÓN MUSULMANA -1

INTRODUCCIÓN


Querer hablar del desarrollo de las ciencias árabes a partir del siglo noveno resulta particularmente ambicioso. Es imposible tratar con profundidad este tema en poco tiempo. Por eso, me limitaré a ofrecer algunos puntos de interés, pues en la actualidad, sólo hay muy pocas cosas que hayan sido publicadas y sean accesibles1.

Si se observa lo que se ha escrito en los libros sobre historia de la ciencia general, se verá que todos se copian entre sí y que proclaman, casi sin excepción, que la ciencia árabe no ha hecho sino repetir la ciencia griega para transmitirla a Occidente, sin originalidad ni verdaderos descubrimientos. Esto se explica porque sólo hace algunos años que los investigadores publican, traducen y comentan con seriedad los textos científicos árabes, y sus resultados todavía no están integrados en las síntesis generales, las cuales todavía siguen siendo muy parciales.

Estos investigadores han comprendido que esta visión de la historia de la ciencia era totalmente falsa, e incluso algunos han llegado a decir que los sabios árabes lo habían inventado todo; pero, esto es tan ridículo como decir que no habían descubierto nada. Hay que tratar de situarlos en un movimiento global y afirmar que, en la historia universal de la ciencia, hay un momento importante que es el paso por la ciencia árabe, y que, si se hace abstracción de ésta, no puede comprenderse cierto tipo de desarrollo de la historia de los descubrimientos del ingenio humano en su conocimiento del mundo que le rodea. De forma más precisa, hoy en día resulta evidente que no es posible pensar en un desarrollo de las ciencias exactas en Europa a partir del siglo XVII si se hace abstracción del paso por la historia de la ciencia árabe.

Para situar un poco mejor esta cuestión, voy a poner un ejemplo bastante lejano, el de China. Allí tuvieron lugar muchos de los descubrimientos científicos, antes de nuestra era o en el transcurso de sus primeros siglos, en el campo de la astronomía o en el de las matemáticas, pero en su gran mayoría permanecieron casi en exclusiva dentro del mundo chino, sin que pasaran a otro clima cultural. Por el contrario, todos los descubrimientos que tuvieron lugar alrededor del Mediterráneo pasaron de una orilla a la otra, a través de las diferentes culturas que en él se desarrollaron de modo sucesivo. En esta cuenca mediterránea, o en su entorno inmediato, es en donde se fue forjando la ciencia moderna desde la antigüedad, poco a poco, y el querer ignorar una de sus fases históricas es condenarse a no comprender nada de este movimiento.

En este marco es en el que hay que colocar todo el periodo de la ciencia árabe: no hay que tener miedo de ver una continuidad y partir del periodo mesopotámico, que forma parte de este conjunto, para pasar luego al mundo griego, después al árabe y, finalmente, al latino a partir del siglo XVI. Toda esta historia comporta rupturas y continuidades, pero en su conjunto íntegro, es imposible no tener en cuenta a una de sus etapas. Una vez se ha esbozado este cuadro general, volvemos al problema de la ciencia árabe: es una etapa muy importante en el desarrollo de las ciencias exactas en los derredores del Mediterráneo, que tuvo lugar entre los siglos VIII y XV, y digamos seguidamente que por "ciencia árabe", hay que entender la ciencia que se produjo en esa lengua, aunque se hiciera por árabes, persas, turcos, bereberes u otros. Durante varios siglos, la lengua árabe fue la única lengua de investigación científica que hubo alrededor del Mediterráneo, inmediatamente posterior a la lengua griega y anterior a la latina, y finalmente vendrían las diferentes lenguas europeas, principalmente a partir del siglo XVII.

Regis Morelon: Investigador del CNRS.

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