miércoles, 23 de mayo de 2007

EL NIÑO

Por: Riay Tatary

Una de las causas más importantes que han incitado a la gran organización internacional de la ONU a concretar un año internacional del niño es la situación de continuo deterioro de sus condiciones en el mundo.

A pesar de los adelantos técnicos, de la ampliación de las posibilidades educativas y de la abundancia de bienes, aparecen las estadísticas para gritar con voz trágica que los niños mueren de hambre, se crían a la intemperie, están continuamente amenazados por las enfermedades, aumenta entre ellos el porcentaje de ignorancia y trastornos psíquicos y lo más peligroso de todo es que se han convertido en objeto de crímenes, torturas y malos tratos.


LA PRACTICA DE MATAR A LOS HIJOS AUN EXISTE

El sagrado Corán reprochaba a los árabes su acto despreciable de enterrar vivas a las niñas por temor a la deshonra y para no tener que sustentarlas. Cometían tal acto a pesar de toda la crueldad que entrañaba, acto en el que un padre enterraba viva bajo la arena a su hija, a la persona más ligada a él.

Dice Dios en el Corán: “Cuando a alguno de ellos se le anuncia el nacimiento de una hija, su semblante se ensombrece y queda angustiado. Se oculta de su pueblo por la deshonra que le fue anunciada; ¿la dejará vivir con la deshonra o la enterrará viva?. ¡Qué mal es lo que juzgan!”. Y dice también: “Son desventurados quienes necia y estúpidamente matan a sus hijos y vedan lo que Dios les agració, forjando mentiras acerca de Dios. Ya están perdidos y jamás serán encaminados”.

Kais Ibnu Asim le contó al Profeta cómo enterró con vida antes de ser musulmán a doce de sus hijas. Entonces el Profeta le dijo: 2Quien no es clemente no será objeto de clemencia”, y le ordenó que por cada asesinato liberara a una cautiva creyente. El Islam adoptó tal postura que arrancó de raíz este acto abominable.

Pero Occidente, que se considera la vanguardia de la cultura y la civilización, que reivindica los derechos del hombre, que alza lemas y prepara discursos y largos escritos sobre los derechos del niño, en ese Occidente se mata a los niños y de la forma más horrible. Los números hablan de una forma sorprendente y espantosa: en los Estados Unidos de América, de cada 22 crímenes, uno consiste en que un padre o una madre asesine a su hijo. En Dinamarca, la mitad de los crímenes son perpetrados contra los niños y de éstos, el 85% son cometidos por los padres. Igualmente, en Gran Bretaña, los asesinatos de niños van en aumento y en Suecia se suicidan niños de 8 años debido a las discusiones y peleas de los padres o debido a que son expulsados del hogar o sometidos a torturas y malos tratos. Así, si continuamos con las estadísticas, nos llevaríamos grandes sorpresas.

EL ISLAM Y LOS DERECHOS DEL NIÑO

La Organización de las Naciones Unidas ha publicado una declaración de los derechos del niño y ha hecho un llamamiento para su cumplimiento; pero el Islam no ha descuidado al niño, pues él es el joven del mañana y el hombre del futuro. Por ello, ha preparado para él, de una forma real y no a base de palabras y manifiestos, el ambiente donde pueda vivir en libertad. Esto lo apreciamos claramente en el sagrado Corán y en la tradición del Profeta Muhammad (la paz sea con él).

LA PROTECCION DEL HUERFANO

El Islam orienta nuestra preocupación como cuestión primaria hacia el huérfano, que ha perdido la fuente de protección y de cariño y el marco de seguridad.

Dice Dios en el Corán: “Pero en cuanto al huérfano, no le maltrates, ni tampoco repulses al mendigo”. ¿Has reparado en quien desmiente el día del juicio final?. Es quien repele al huérfano y no estimula a los demás a alimentar al menesteroso”.

También dice Dios, recordando su gracia para con el Profeta: “¿Por ventura no te halló huérfano y te amparó?”.

Aparte de ello, el Profeta estimuló a los musulmanes a ocuparse de los huérfanos, a tratarles con bondad y a no exponerles al hambre, la miseria y al enfermedad.

Dice el Profeta: “Yo y el tutor de los huérfanos estaremos en el Paraíso así” y mostró sus dedos índice y medio juntos.


ORDEN A LA MUJER PARA DEDICARSE PLENAMENTE A LA EDUCACION DEL NIÑO

¿Acaso hay alguna función más importante que educar a los hijos y prepararlos para afrontar la batalla de la vida?

El niño, si no encuentra una madre que le comunique el amor y el cariño suficientes, se convierte en un sanguinario y se desarrollarán sus costumbres lejos de ese corazón que vibra por su amor y lucha por su formación.

Las contradicciones que viven los jóvenes de hoy en todos los lugares, ¿acaso no son debidas a que han desarrollado su vida lejos del regazo de sus madres y de sus pechos llenos de amor?. Estos jóvenes han pasado su infancia en la guardería o con niñeras que ejercían su trabajo como lo ejercería un funcionario, que considera ese trabajo como un medio de sustento, sin sentir ninguna satisfacción en ello. Y uno se pregunta, ¿acaso las necesidades del niño se limitan a unas dosis de leche y a unas ropas que cubran su cuerpo?, ¿acaso es esto suficiente para que el niño sea equilibrado y formado sentimentalmente?.

La respuesta es evidente si hacemos una comparación entre niños que han sido criados en el seno de sus familias, disfrutando de su amor y cariño, y aquellos a los que les fue negada esa gracia. No es difícil apreciar la agitación en que viven estos últimos y la depravación que envuelve sus vidas. Por ello, entre los grandes bienes que Dios ha otorgado a la familia está el haber enviado a la mujer para formar al niño y ocuparse de su salud espiritual, física y mental, hasta que llegue a la juventud con una personalidad completa, espíritu sereno y mente lúcida.

Dice el Profeta Muhammad (la paz sea con él): “La esposa es pastora y responsable de su rebaño”. ¡Qué gran responsabilidad!

EL CARIÑO Y EL AMOR TIENEN ORIGEN ISLAMICO

Los árabes desechaban jugar con sus hijos y no dejaban que se divirtieran con ellos; pero el Profeta jugaba con los niños, ya fuesen sus hijos o los de sus discípulos. Relató Al-Bukhari que Abu Kalada dijo: “En cierta ocasión nos encontramos con el Profeta, que tenía a Amama, hija de Abi Al-Aas, sobre sus hombros y comenzó a rezar. Cuando se inclinaba la dejaba y cuando se levantaba la cogía”.

El cariño, el amor y la benevolencia con los niños es vital para su desarrollo físico y psíquico. Esto es conocido por los musulmanes hace mucho tiempo, aunque en Occidente se considere un descubrimiento actual. El Corán, los Dichos del Profeta, su vida y la de los cuatro primeros Califas están repletos de enseñanzas que incitan a ser cariñosos con los niños y a tratarlos como tales, no como adultos pequeños. El Profeta, en cierta ocasión, se dirigió a un niño diciéndole: “¡Umarir! (diminutivo de Umar), ¿qué hay de Al-Nughair?”. Le llamó con un diminutivo cariñoso , preguntándole sobre un pequeño pájaro que tenía.

El cariño del Profeta hacia los niños y su comportamiento benévolo con ellos es único. En cierta ocasión estaba prosternado, rezando con sus discípulos y tardó mucho en incorporarse, por lo que sus discípulos le preguntaron la causa de ello, y les contestó que su nieto estaba jugando sobre su espalda y no quiso interrumpir su juego hasta que acabara.

El Profeta siempre sonreía a los niños y les elogiaba, desarrollando así su personalidad y acostumbrándoles a la audacia y la amistad. También ordenaba a sus discípulos que apodaran a sus hijos con los nombres más bonitos.

El Islam establece una base general en su relación con el individuo, sea menor o mayor de edad. Lucha contra todo tipo de discriminación, ya esté basada en la raza, el color o la clase social, y también lucha contra la discriminación basada en la edad, que se encuentra a la orden del día en la sociedad occidental. Así, podemos ver cómo la falta de consideración hacia los viejos aumenta en el espíritu de los jóvenes, mientras que los viejos están cansados de los jóvenes, y escuchamos expresiones como “la tercera edad”, que tiene como objetivo alejar de las mentes el efecto de la palabra “viejo”.

Sin embargo, el Islam establece que “no es de los nuestros quien no es benévolo con nuestros pequeños y no respeta a nuestros mayores”.

LA PROHIBICION DEL ADULTERIO COMO PROTECCION DEL NIÑO

El Islam estableció las bases para un desarrollo saludable del niño, instando a sus padres a darle el mejor nombre y a educarle, tanto en el campo religioso, como en el mundano.

El Profeta, en la batalla de Badr, puso como condición para la liberación de los prisioneros que cada uno enseñara a leer y escribir a diez niños musulmanes. Pero la cuestión más importante con la que el Islam protegió y dio seguridad al niño frente al futuro fue la prohibición del adulterio y el establecimiento de penas severas sin titubear en su ejecución, siempre que se demostrara el delito. Con esta medida, el Islam arranca las raíces de la vileza y protege a la sociedad del deterioro y la corrupción.
Con ello también da protección a los inocentes que sufren las consecuencias de un crimen que no han cometido.
Dice el Profeta: “Sed clementes con los que están en la tierra y así quien está en el cielo será clemente con vosotros”.

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