El ayuntamiento de Barcelona publica una guía de “comunicación inclusiva”
El ayuntamiento de Barcelona quiere acabar con expresiones como “moro”, “discapacitado”, o “terrorismo yihadista”. El consistorio busca fomentar un lenguaje “libre de estereotipos y prejuicios que sea respetuoso con los colectivos oprimidos o vulnerabilizados”, ya que lo considera “esencial para una buena convivencia”. Para ello, ha publicado la “Guía de comunicación inclusiva. Para construir un mundo más igualitario”.
El documento pone ejemplos de un uso inadecuado del lenguaje en torno a varios ejes temáticos como la identidad sexual, el racismo, la religión o las capacidades físicas o intelectuales. Y propone acabar con las definiciones de las personas por una de sus identidades: edad, identidad sexual, color de piel, clase social, religión, origen, o capacidades físicas o intelectual.
La guía achaca al “racismo y el colonialismo” la utilización de algunas expresiones como “moro” que según el ayuntamiento es un insulto evitable por formulaciones como “persona del Magreb” o “persona marroquí, o argelina”. También aparecen otras expresiones como “terrorismo islámico” o “terrorismo yihadista” para las que el consistorio sugiere la utilización del nombre del grupo terrorista en concreto (Al Qaeda, Daesh, Boko Haram, etc) para “no asociar el terrorismo con todo el islam, o reducir la yihad a la violencia”.
La guía también considera racistas expresiones como “ir al paki”, “ir al badulaque”, o “comprar en el chino”; y la utilización de “macroetiquetas” como “árabe”, “del Este”, “asiáticos” o “latinoamericanos”.
Además de apostar por el lenguaje inclusivo con fórmulas como “las familias” o el alumnado en detrimento de “los padres” o “los alumnos”. También propone erradicar el uso de expresiones como “Que te den por el culo”, “Esto es una mariconada” o “¡Lloras como una niña!” por considerarlas homófobas o sexistas. Y propone otras como “Vete a freír espárragos”, o “Esto es una tontería”.
Otro de los aspectos en los que se centra el documento es el tratamiento a las personas con alguna discapacidad. Como regla general el consistorio incide en utilizar la fórmula “persona con” seguido de la discapacidad correspondiente, en lugar de decir “ciego”, o “sordo”. Y llama a abandonar expresiones como “Hoy estoy muy depre” o “Vivimos una situación esquizofrénica” por “Hoy tengo el día triste” y “Vivimos una situación compleja/cambiante”.
El escrito va más allá del lenguaje verbal y también desaconseja comportamientos como la modulación de la voz cuando se habla con un discapacitado, inmigrantes y ancianos. O dirigirse al intérprete cuando se está hablando con una persona sorda.
A pesar de que la guía opta por acabar con las distinciones por sexo y es un alegato en contra de las generalizaciones, en uno de estos puntos a modificar, comenta: “los hombres tienden a ocupar mucho más espacio: utilizan más turnos de palabra y se despatarran en el transporte público”.También da algunos consejos sobre la comunicación con imágenes, por ejemplo tratando de evitar que solo aparezcan personas blancas, u hombres.
Llama a tener en cuenta la presencia de todo tipo de familias, evitar los estereotipos de género, la “cosificación y la hipersexualización por defecto” de las mujeres, o la representación de los discapacitados desde un punto de vista paternalista o caritativo.
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