Bolivia,28/09/2016,opinion.com.bo, Zulma Camacho
Edmundo Sánchez, maría, Tania,
Firaz, Ibrahim, Rabih y los niños Mohamed Aisha y Youssef preparan el bulfaf,
en su domicilio (arriba). Zulma Camacho
Brahim Lajbal llegó hace seis años a Bolivia y formó su familia en La Paz después Cochabamba. Antes de él dos grupos de migrantes de su religión llegaron de países en situaciones muy diferentes. El primer grupo, hace más de 500 años, en la misma época de la Colonia (1492); y el segundo, después de la invasión israelita a Palestina (1948), huyendo del desastre que dejó el conflicto bélico en su tierra.
Pero ¿cómo eligieron a Bolivia y qué les trajo a un país que se encuentra a más de 13 horas de viaje en avión y, en años pasados, varias semanas en barco?
Brahim relata su experiencia. "En particular me gusta mucho viajar, pero conocí Bolivia a través de internet y los medios de comunicación y decidí quedarme", explica.
Brahim dice que en su país, Marruecos, la gente de su religión es muy puntual, virtud que le costó mucho encontrar en Bolivia, no bebe alcohol, no come nada que tenga sangre, ni cerdo no pelea y no es violenta. "La gente nos cataloga a todos como terroristas y eso no es así", lamenta.
Al igual que sus paisanos, él cuenta que antes de conocer Bolivia él tenía una imagen distorsionada de los latinos en general. "Se dice que los latinos traen drogas y que son violentos".
Aunque, a su llegada hubo varias cosas que le impresionaron negativamente, como la violencia, los feminicidios, infanticidios accidentes con muertos por culpa del alcohol, así como los conflictos políticos sociales y la impuntualidad, lo que lo cautivó fue la cultura, las entradas folclóricas, la arquitectura y la gastronomía.
También fue grato encontrar gente amable y solidaria “Sus comidas son muy ricas, tienen mucha verdura". Luego de conocer cómo era realmente Bolivia, los aspectos positivos primaron más que los negativos. En todo el país están distribuidos más de 1.500 musulmanes. Un grupo que llegó de los países de oriente (Asia y África) se encuentra en Santa Cruz, por la similitud del clima cálido. “Están en San Borja, Riberalta, Potosí, Sucre Cochabamba… en todo lado. Están más en los negocios y el comercio”.
Participan también de actividades como las ceremonias interreligiosas, que organizan las iglesias, en las ferias dominicales así como en seminarios académicos y debates sobre la religión. En programas de medios de comunicación a cerca de temas de la actualidad. Los teléfonos de contacto son: 73087501 (Cbba), 72540969 (LP) y 78734169 - 74448969 (Sucre).
Llevan su vida laboral al igual que el resto de la población. Brahim por ejemplo, es docente de idiomas (inglés y francés) en la Escuela de Idiomas del Ejército.
El libro sagrado que guía la espiritualidad y vida del musulmán (sometido a la voluntad de Dios) es el Corán. Creen en el Día el Juicio y en todos los profetas: Abraham, Noé, Jesús, Moisés y Mohamed, donde Jesús es uno más de ellos; un profeta que no es Dios ni hijo de Dios, dicen que Jesús no fue crucificado sino elevado por Dios hacia Él.
Existen varias mezquitas en Bolivia , en La Paz, Sucre, Cochabamba, Santa Cruz y San Borja, donde se reúnen para realizar sus oraciones. La oración para ellos es lo más importante del día, le dedican cinco momentos: antes de que salga el sol, a las 12:30, a media tarde (15:30 a 16:00), antes de la puesta del sol y por la noche.
En Cochabamba, alrededor del 40 por ciento de la comunidad islámica es boliviana, que decidió cambiar de religión. "Nosotros no nos ocupamos de captar adeptos, nuestra única obligación es compartir y enseñar lo que es el islam".
Los musulmanes pueden casarse con mujeres de diferentes religiones, que no compartan necesariamente su religión, tal como sucedió con Brahim y Jlenia, una abogada paceña con quien tuvo a sus hijos Wydad e Ikram.
Datos
Comunidad
La Asociación de la Comunidad Sunnita Islámica de Bolivia fue fundada el año 1997 con el registro 313/97 y reconocida por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Tiene dos sucursales, en Sucre y Cochabamba.
Concepción
Para los musulmanes, en un tiempo, la Biblia era pura, pero durante los siglos, los escribanos, copistas y lingüistas han causado errores a la palabra divina y la han escrito, copiado, y traducido mal.
El Corán, en cambio, cura las inserciones humanas que han causado la confusión en la Biblia.
El Corán recomienda manipulaciones mayores que se manifiestan entre los escribanos de Moisés comparado a los escribanos de Jesús, causando la línea de contradicciones entre los judíos y cristianos.
(Tomado de las publicaciones de la Asociación de la Comunidad Islámica de Bolivia (ACIB).
Dos fiestas que celebran la vida y el sacrificio
La Asociación de la Comunidad Islámica de Bolivia (ACIB) mantiene dos fechas importantes en su calendario festivo, se trata del Eid ul Fitr o fiesta del desayuno que viene después del mes del Ramadam (Ayuno) y la Fiesta del Sacrificio, este último realizado el 12 septiembre pasado.
El Ramadam es un acontecimiento en el que la gente ayuna durante 29 a 30 días “para purificarse”, según la explicación de Brahim Lajbal, vicepresidente de la ACIB. Este ayuno recuerda también el que Jesús, uno de los profetas de Dios, cumplió durante 40 días en el desierto.
Después de los 29 o 30 días de ayuno, los musulmanes se reúnen para compartir una fiesta (el Eid ul Fitr ) donde cada familia lleva el alimento o bebida sin alcohol de su preferencia.
Dos meses y diez días después se realiza la Fiesta del Sacrificio, que recuerda la prueba que le hizo Dios a Abraham, en la que debía sacrificar a su hijo Ismael (Isaac para los católicos) como prueba de su fe. Pero ¿por qué celebran solo esas dos fechas y no Navidad o Semana Santa, como lo hacen los católicos? “Esas fueron las pruebas más fuertes que puso Dios a los profetas. Ayunar en el desierto y superar las tentaciones del demonio, o sacrificar a tu hijo no es nada fácil, no cualquiera lo haría”.
El 12 de septiembre las familias Lajbal, Ardif, Sánchez y Zárate se reunieron para la Fiesta del Sacrificio, donde ofrecieron tres corderos y compartieron el bulfaf (higado a la parrilla), un plato tradicional de la fecha.
“Si la familia puede, se hace el sacrificio, si se va a prestar dinero o vender pertenencias para comprar un cordero entonces no es aceptado. En el islam no nos esforzamos más de lo que podemos”, dijo.