viernes, 17 de julio de 2015

"Le dije que si no podía seguir con el ayuno, bebiera agua"

Zaragoza,17/07/2015,.heraldo.es, A. Melendo. 


Celebración fin del Ramadán en La Granja de Zaragoza en 2015. Asier Alcorta

Una joven de 13 años cuenta cómo ha vivido el mes del Ramadán, que finaliza este viernes.

La jornada de ayuno y oración del Ramadán concluye este viernes para los más de 53.000 musulmanes que residen en Aragón. Treinta días de celebración en los que los creyentes de la religión islámica se han abstenido de ingerir alimentos y líquidos, fumar o mantener relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta de sol, en un año de Ramadán marcado por las altas temperaturas. 

Omaima es una joven musulmana de 13 años que por primera vez ha seguido el riguroso ayuno que dicta el mes del Ramadán. El Islam obliga a la mujer a practicar el Ramadán en el momento en el que experimenta su primera menstruación. Su familia es musulmana y ella ha sido educada siguiendo los preceptos de Alá. "Los primeros días pasaba mucha hambre y me pareció duro, pero luego me acostumbré y lo he conseguido", cuenta la chica, que vive con sus padres en Zaragoza.

La joven ya había respetado el ayuno en años anteriores pero solo días sueltos a modo de entreno. "El año pasado hice ayuno medio día en vez del día entero", dice Omaima que asegura sentirse muy orgullosa de haber completado su primer año de Ramadán. Fátima, la madre de Omaima, cuenta que pasó miedo por su hija: "Le aconseje que si en algún momento no podía aguantar, bebiera agua. Ha hecho mucho calor, con temperaturas de más de 40 grados. Su salud es lo más importante", destaca Fátima, que asegura que este Ramadán ha sido "duro" por el intenso calor. "Nos teníamos que duchar con agua fría varias veces al día para refrescarnos". 


Tanto Omaima como su familia asistirán este viernes al centro deportivo La Granja de Zaragoza para celebrar el fin del Ramadán junto a la comunidad musulmana de la ciudad. Allí se reunirán unos 5.000 musulmanes, según calcula el presidente de la Comunidad Islámica de Zaragoza, Fawaz Nahhas, para rezar. Acto seguido, "un imán de una de las mezquitas de Zaragoza ofrecerá un sermón a los fieles para hablar sobre la  unidad de los musulmanes y de las preocupaciones de los creyentes", apunta Nahhas. Y, como marca la tradición las comunidades de los barrios de la ciudad servirán té, zumos y dulces, entre otros alimentos, como recompensa al sacrificio que impone la fe musulmana. 

"El Ramadán es una obediencia a Dios y simboliza el mes de la solidaridad y la generosidad", explica Nahhas, que apunta que son muchas las personas que no entienden esta festividad musulmana. "Hay un gran desconocimiento del Islam por parte de la sociedad", sentencia. "El ayuno es la cara más visible del Ramadán pero es mucho más: culto, fe a Dios, educación y respeto a los demás", señala Nahhas, natural de Siria. 

Un mes para educar la mente 

Es el "mes del perdón", continúa Nahhas, para educar la mente y concentrase en la oración. "No es tanto una obligación porque los musulmanes lo hacemos con alegría. Es un pacto entre tú y Dios, y solo él sabe si has podido controlar tus impulsos o has mentido", sostiene. El Ramadán son 30 días, pero el ayuno se puede alargar seis días más. "Es voluntario", aclara el presidente.


"Hay gente que piensa que obedecemos a las normas del Islam por miedo u obligación al varón. Pero no es así", apunta el presidente de la Comunidad Islámica de Zaragoza: "Se sigue por fe y por creencia personal, desde la libertad de cada uno", dice el presidente. 

Omaina y su madre Fátima están inmersas en los preparativos de la festividad. "Estrenaremos un vestido para celebrar el final del ayuno y le haré tatuajes de henna en las manos y en los pies a Omaina", cuenta Fátima. "Rezaremos y luego comeremos con familias y amigos", concluye la joven.

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