Barcelona,23/05/ 2015, elpais.com, Àngels Piñol
Rezo musulmán en el gimnasio del Frontón Colón que da inicio a la Fiesta del cordero. / Carmen Secanella
La comunidad islámica ha reivindicado históricamente elevar un templo en Barcelona
Londres dispone de infinidad de mezquitas y la más emblemática está en Regents Park, justo al lado de la residencia el embajador de Estados Unidos. La mayor de París está cerca del Quai d'Austerlitz y la de Roma es una de las más grandes de Europa. En Madrid, se alza en la M-30. Nada de eso ocurre en Barcelona donde la mayoría de fieles musulmanes rezan en pequeños oratorios o en bajos. Ninguno de los siete alcaldables se muestra partidario, a priori, de que la ciudad goce de una gran mezquita. Solo Ada Colau se apresta a dialogar con la comunidad religiosa musulmana para saber si prefieren pequeños oratorios o un gran templo.
El mismo cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, fue más allá que los políticos al admitir esta semana no se podía oponer a la construcción de sinagogas o mezquitas “con criterios de iglesia o cristianos”. Y avisó: “Hay gente que se opone por comodidad o motivos culturales”. La realidad es que en varias ocasiones los imanes catalanes —lo hicieron ya en 2006— han pedido un templo digno.
Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España, reclamó hace un año que Barcelona disponga de una mezquita emblemática. Tiene una razón de peso: dice que en Cataluña hay 450.000 fieles de los 1,7 millones que hay en España. “Querríamos hacer algo bello, digno y abierto al público”, explicó señalando que podrían erigirla si les cedían el terreno. La comunidad musulmana catalana ha declinado verter si opinión para no interferir en la campaña.
La petición de elevar una gran mezquita en Barcelona ha aparecido varias veces en los últimos 15 años: Arabia Saudí promovió una en 2000 y hace un año circuló la idea de Qatar de construir una en La Monumental. El plan puso los pelos de punta al PP. Xavier Trias consideró entonces lógico que Barcelona disponga de una aunque pidió construirla desde el sentido común. Aseguró entonces y ahora también que no ha recibido ninguna petición formal de crearla. El alcalde apunta que la comunidad islámica debería financiarla incluyendo las diferentes sensibilidades. “Estamos a favor de un análisis y reflexión con los colectivos que hagan falta”, dijo.
Ningún alcaldable admite que Barcelona es una excepción en comparación con otras ciudades europeas. A ninguno le chirría ni lo ve como una aparente anomalía. Todos coinciden en una obviedad: que un templo no puede costearse con fondos públicos. Ni tampoco aluden a las trabas administrativas de otros municipios que han torpedeado proyectos. Colau aboga por dignificar los espacios de culto y mantener el diálogo con los musulmanes. “Hay que saber si su necesidad pasa por un gran centro o por diversos distribuidos territorialmente”.
“Hay que saber si su necesidad pasa por un gran centro o por diversos distribuidos territorialmente”, dice Ada Colau
El PSC, directamente, se oponen a que Barcelona cuente con una gran mezquita al estilo de las de París o Londres. “Somos más partidarios de la integración de los centros en el tejido urbano y en los barrios para evitar la segregación”, esgrime Jaume Collboni que niega cualquier prejuicio en el Ayuntamiento. Más radical es Alfred Bosch, de ERC, que asegura que los fieles no exigen ningún templo. “Lo ideal es que se extiendan en el territorio evitando la llegada de grandes inversores”.
La CUP defiende que el Ayuntamiento no debe facilitar la recalificación de terrenos ni planes especiales para erigir mezquitas sino incentivar infraestructuras para el disfrute de todos. “Respetamos todas las religiones por igual y no nos oponemos si la creación se hace desde la iniciativa privada”. Carina Mejías, de C's,considera que una mezquita no es una “prioridad” y señala que se deben atender otros equipamientos públicos afectados por los recortes. Alberto Fernández Díaz avisa de que no aceptará que nadie recupere la vieja idea de instalar una mezquita en La Monumental: “No permitiremos que la financie un país (Qatar) que nos es hostil”. Y fija dos condiciones para dar el visto bueno a cualquier templo: “Una financiación transparente y enseñanza e interpretación del islam acorde con nuestros valores de convivencia”. Esta información la ha elaborado Clara Blanchar, Blanca Cia, David Fernández, David García, Clara Gil, Jordi Mumbru y Pere Rios.
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